5. Giros de torso
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Siéntate derecho y coloca las manos detrás de la cabeza o sobre los muslos.
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Gira lentamente el torso hacia la derecha, manteniendo las caderas estables.
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Mantén unos segundos y vuelve al centro.
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Repite hacia la izquierda.
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Haz 10 repeticiones por lado.
Mejora la movilidad de la columna y alivia la rigidez lumbar.
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6. Elevación de talones y puntas
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Sentado, apoya los pies en el suelo.
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Eleva los talones manteniendo las puntas en el suelo y luego baja.
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Después, eleva las puntas manteniendo los talones apoyados.
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Repite 15-20 veces.
Este ejercicio mejora la circulación en las piernas y previene la sensación de piernas cansadas.
7. Respiración profunda y consciente
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Siéntate recto y coloca una mano sobre el abdomen.
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Inhala profundamente por la nariz, expandiendo el abdomen.
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Exhala lentamente por la boca.
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Repite 5-10 veces.
La respiración controlada reduce el estrés y mejora la concentración.
Consejos para integrar los ejercicios en tu jornada laboral
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Programa recordatorios cada 60-90 minutos para hacer una pausa activa.
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Combina ejercicios de estiramiento con breves caminatas por la oficina.
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Comparte estas pausas con tus compañeros para fomentar un ambiente saludable.
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Ajusta la intensidad según tus necesidades y condiciones físicas.
Beneficios comprobados
Numerosos estudios demuestran que pausas activas y ejercicios ligeros durante la jornada laboral:
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Mejoran la postura y reducen dolores musculares.
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Aumentan la productividad y la capacidad de concentración.
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Disminuyen la fatiga mental y física.
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Fomentan un mejor clima laboral y bienestar general.
Conclusión
No necesitas un gimnasio ni mucho tiempo para cuidar tu cuerpo durante el trabajo. Incorporar ejercicios sencillos en tu rutina diaria en la oficina puede marcar una gran diferencia en tu salud física y mental.